viernes, 16 de septiembre de 2011

Juan 6:32-35


“Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”

      ¿Ves la analogía entre el maná del desierto, el pan del cielo y Jesucristo como el pan de vida? El maná era blanco, sugiriendo la pureza y santidad, y dulce como la miel. Interesantemente el maná caía en la noche sobre el rocío y no sobre el polvo (Números 11:9). Jesucristo es un regalo de Dios, dado a nosotros gratuitamente. Hay una necesidad diaria, una provisión diaria y es para que la recolectemos y la comamos todos individualmente.

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